jueves, 16 de diciembre de 2010

UNO

- ¿Te gusta verdad? lo disfrutas... ¡¡¡eres un cerdo!!! ¡¡Un hijo de puta!! ¡Un... un... un animal!  Y ni siquiera eso, no eres nada -
 
Los ojos de Helena estaban llenos de lagrimas, y la garganta le dolía por haberla tenido apretada con una corbata por tanto tiempo, también tenía el cuerpo lleno de moretones, pero lo que más le preocupaba era su ansiedad por un cigarrillo, sabía que en el segundo en que el humo entrara en contacto con su garganta el dolor de sus otras laceraciones iba a ser una estupidez comparado con el dolor que sentiría en su garganta.
 
Pero de repente verlo amarrado en la cama la lleno una energía indescriptible, volteo a ver el reloj, tomo fuerza y dijo - Nos quedan 5 horas y media para nosotros solos -  Los ojos del hombre atado a la cama se abrieron y se llenaron de furia, quiso gritar pero las pantaletas de Helena atoradas en su boca y parte de la garganta se lo impidieron.
 
- ¡Que empiece la diversión! - dijo Helena con una sonrisa falsa pero llena de odio.
 
Se acerco a su bolso de diseñador y saco su cajetilla repleta de cigarros, un Zippo negro, golpeo la parte superior de la cajetilla, la abrió y tomo un cigarrillo con sus dientes, sin pensarlo lo encendió y el humo lleno su garganta, sintió un dolor increíble, comenzó a llorar otra vez y escupió sangre en la alfombra de la habitación. 
 
- Lo que no entiendes corazón, es que hay que morir muchas veces, para aprender a vivir –
 Tomo el cigarrillo con tres dedos y lo apago en el cuello del hombre en la cama, los ojos de él se voltearon y se puso rojo, Helena sabía que ya no había marcha atrás.   
 
Metió el cigarrillo en el vaso de whisky, tomo su bolso y lo coloco en el abdomen del hombre, metió la mano y saco un revolver - ¿Lo recuerdas amor? - lo acerco a su boca y lamio el cañón
 
 - Bastante sexy ¿Verdad? -
 
El hombre cerró los ojos y empezó a negar con su cabeza, Helena se enfureció y hundió su tacón de aguja de 12 centímetros en la entrepierna  del hombre - Dime que si, acéptalo, hijo de puta... ¡Te excita! quiero que se te ponga dura -
 
El hombre no aguanto más y rompió en llanto. Helena se tiro al piso alfombrado y lloro también.


k.